En los primeros días de vida, los niños duermen mucho y necesitan comer con frecuencia. El ritmo sueño-vigilia de un recién nacido es, por lo tanto, particularmente discontinuo y para los padres puede ser difícil entender cómo responder mejor a las necesidades de su bebé y hacer que su descanso sea más regular y cómodo. El ciclo de sueño de los niños es mucho más corto y, al menos en los primeros meses, menos profundo que el de un adulto. Por esto puede suceder que los nuevos padres se preocupen por las demasiadas o muy pocas horas de sueño del niño y se pregunten cómo favorecer el descanso de su pequeño y evitar eventuales trastornos del sueño.
Veamos juntos cómo funciona el sueño de los recién nacidos y cómo regularizarlo para asegurar a los pequeños de casa un sueño tranquilo.
Los bebés recién nacidos necesitan muchas horas de sueño, que se reducen gradualmente a medida que crecen. Cada recién nacido es diferente, pero generalmente en los primeros meses de vida un niño duerme alrededor del 80% del tiempo y las horas de sueño van de 15 a 20 horas al día (frente a las 7-8 horas de un adulto y las 5-6 horas de un anciano) distribuidas uniformemente en las 24 horas. Sin embargo, el ciclo de sueño del recién nacido está más fragmentado que el de un adulto y se divide en ciclos de aproximadamente una hora. Los frecuentes despertares nocturnos de los niños son por lo tanto normales en los primeros meses de vida y también dependen de la sensación de hambre y saciedad y de la necesidad de alimentarse, al menos cada 3-4 horas.
En el transcurso de la noche se suceden fases de sueño diferentes entre sí, incluso en términos de cantidad de tiempo: el ciclo de sueño de un recién nacido dura aproximadamente una hora, dividido en fase REM – aquella en la que se sueña y es más fácil despertarse – y no REM, con frecuentes cambios de una a otra. Al nacer, la fase REM representa alrededor del 50% del total, para pasar al 25% alrededor de los 2-3 años y al 20% a los 6 años (como en adultos). El mayor porcentaje de sueño REM en los niños es funcional para el desarrollo cerebral. De hecho, el sueño afecta su crecimiento y favorece los procesos de maduración del cerebro, pero no solo:
En los primeros meses de vida, los niños estructuran gradualmente su ritmo circadiano. En cuanto al desarrollo del sueño de los recién nacidos, los cambios más relevantes ocurren en los primeros 6 meses de vida, y luego se reducen a medida que el bebé crece. En general:
Como hemos visto, el sueño es fundamental para los niños, especialmente en los primeros meses de vida, por lo que es importante asegurarse de que el recién nacido duerma todo el tiempo que necesite y aprenda a controlar sus propios ritmos de sueño-vigilia. El sueño de los recién nacidos puede tomar un tiempo para regularizarse, pero hay algunas estrategias y pequeños trucos que pueden favorecer el descanso y hacer más fácil el momento de dormir.
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