Es importante seguir algunas reglas simples y claras para el cuidado del colchón. Entre ellas está la de girar el colchón, una práctica que evita que se gaste excesivamente un lado del mismo, asegurando una postura correcta y un mejor descanso a largo plazo. Cada tipo de colchón tiene sus características y no todos los modelos necesitan obligatoriamente el mismo tratamiento.
Los colchones memory foam, por ejemplo, habría que girarlos de cabeza a pies cada tres meses aproximadamente, para evitar que se deformen excesivamente según la forma de nuestro cuerpo. La rotación periódica del colchón permitirá que el mismo resulte uniforme en todas sus partes. Por lo que respecta, sin embargo, a los colchones de poliuretano y de látex, a diferencia de los colchones memory foam, se aconseja voltearlos de arriba abajo con la misma frecuencia indicada anteriormente.
Es conveniente, durante la rotación del colchón, controlar la limpieza de la envoltura y, si es necesario, lavarla en la lavadora. La funda acolchada de los colchones desenfundables puede lavarse a 30°, mientras que la que no es acolchada se lava tranquilamente también a 60°, siguiendo, obviamente, las instrucciones de lavado indicadas por el fabricante.
Otra práctica a seguir durante la rotación del colchón es controlar las láminas del somier. En efecto, un somier de láminas de calidad favorece un correcto descanso sobre el colchón, pues permite distribuir uniformemente la presión ejercida por el peso corpóreo, sin someterlo a estrés. Por esa razón, los somieres de láminas, además de garantizar un descanso más sano, permiten prolongar la vida del colchón.
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