El Memory Foam es uno de los materiales más populares en el mundo de los colchones debido a su capacidad para adaptarse a la forma del cuerpo, mejorando el confort durante el sueño.
Sin embargo, muchas personas se preguntan (y nos preguntamos) si este material puede provocar un calor excesivo, especialmente durante las estaciones más cálidas. De hecho, uno de los aspectos más discutidos del Memory Foam es precisamente su tendencia a retener el calor.
Pero, ¿qué hay de cierto en esto? Y sobre todo, ¿cuáles son los remedios y soluciones para disfrutar de todos los beneficios de este material sin sufrir por el calor? Descubrámoslo juntos en este artículo de principios de 2025.
El Memory Foam es un tipo de espuma viscoelástica que reacciona al calor y la presión del cuerpo, adaptándose a su forma. Esta característica la hace especialmente útil para el apoyo ortopédico, ya que reduce los puntos de presión y favorece una postura correcta durante el sueño.
Desarrollada originalmente por la NASA en los años sesenta, la espuma con memoria se adaptó posteriormente para aplicaciones comerciales, convirtiéndose en uno de los materiales más utilizados en la fabricación de colchones, almohadas y tapicerías para sillones y camas.
A pesar de las muchas ventajas que ofrece en términos de comodidad y sujeción, tiene un defecto que puede resultar molesto: su tendencia a retener el calor corporal. Esto ocurre porque el material, aunque se adapta al cuerpo, no permite una circulación óptima del aire, atrapando el calor en su interior.
El principal problema que hace que el Memory Foam se caliente es su densidad: cuanto más denso es el material, mayor es su capacidad para retener el calor. Cuando dormimos, nuestro cuerpo emite calor, y el Memory Foam, al tener una estructura compacta, no permite que este aire caliente circule fácilmente. En otras palabras, el calor que emite nuestro cuerpo durante el sueño es absorbido y retenido por el colchón, provocando una sensación de calor y, en algunos casos, sudoración.
Aunque el Memory Foam puede retener el calor, hay varias formas de disfrutar de sus ventajas sin sudar durante la noche. He aquí algunos consejos útiles:
Algunos colchones modernos están diseñados con una combinación de Memory Foam y otras espumas más transpirables, como la espuma de látex o la espuma de célula abierta: esta estructura dual permite una mayor ventilación y reduce la retención de calor. Además, algunos colchones de Memory Foam tienen una capa de gel termorregulador que ayuda a disipar el calor, manteniendo el cuerpo a una temperatura ideal para dormir.
Otra forma de reducir la sensación de calor del Memory Foam es elegir una funda de tejidos transpirables, como el algodón o la microfibra.
Las fundas de materiales naturales o tecnológicamente avanzados, como los tejidos con textura 3D, favorecen la circulación del aire y ayudan a mantener el colchón fresco.
Algunos colchones Memory Foam también están equipados con tratamientos antibacterianos y antiácaros, que no sólo mejoran la higiene, sino que también hacen que el colchón sea más fresco y seco.
Otro remedio para evitar el sobrecalentamiento durante la noche es asegurarse de que el dormitorio está bien ventilado: un ambiente fresco ayuda a contrarrestar el calor retenido por el colchón. Además, el uso de ventiladores o aparatos de aire acondicionado durante la noche puede ayudar a mantener la temperatura ideal para dormir en verano, evitando la sensación de calor excesivo.
En los últimos años se han desarrollado espumas con memoria más avanzadas, enriquecidas con gel termorregulador o grafeno, materiales conocidos por sus propiedades disipadoras del calor. El gel se introduce directamente en el colchón o la funda para absorber el calor corporal y distribuirlo uniformemente, manteniendo fresca la superficie en contacto con el cuerpo. El grafeno, por su parte, es un material altamente conductor que permite que el calor se disipe rápidamente, proporcionando una sensación de frescor durante la noche.
Si su colchón de espuma viscoelástica es especialmente cálido, puede considerar la posibilidad de utilizar un topper o cubrecolchón diseñado para refrescar. Estos accesorios están hechos de materiales como gel refrigerante, espuma de célula abierta o látex, que ayudan a mantener la temperatura ideal para dormir.
Además, un topper puede mejorar el confort del colchón añadiendo una capa extra de suavidad sin comprometer la calidad del soporte.
No todos los colchones Memory Foam son iguales: la calidad del material y su densidad influyen directamente en su capacidad para retener el calor. Optar por un colchón de alta calidad fabricado con Memory Foam de baja densidad o de tecnología avanzada puede marcar la diferencia en términos de confort y frescor durante el sueño.
Esperamos que nuestros consejos le ayuden concretamente a elegir con conocimiento de causa el mejor colchón para sus necesidades, teniendo en cuenta que el Memory Foam es un material que ofrece un confort incomparable, pero su tendencia natural a retener el calor puede resultar incómoda para quienes duermen en ambientes calurosos o durante las estaciones más cálidas.
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