Por supuesto que no. Es siempre recomendable comprar un nuevo colchón con tejidos hipoalergénicas y antibacterianas que no irriten la piel del niño. De hecho, si usted volvería a utilizar el colchón del primer hijo, se habrá un colchón que ha perdido sus características higiénicas primarias, porque la presencia de líquidos orgánicos que se depositan en las capas interiores del colchón, han creado con el tiempo el hábitat óptimo para la colonización y la supervivencia de los ácaros y las bacterias, comprometiendo la reutilización.